La vejez es una etapa de la vida que, aunque muchas veces estigmatizada, representa un momento crucial para la reflexión, el crecimiento y la revalorización del rol de las personas mayores en la sociedad. A través de este blog, proponemos un espacio abierto de comunicación, donde se fomente la discusión crítica y el análisis colectivo sobre las realidades que viven las personas en esta etapa de la vida.
El apoyo social se vuelve fundamental en la vejez para mantener una vida digna, activa y significativa. La ausencia de redes familiares, comunitarias o institucionales puede intensificar la soledad, el abandono y la exclusión social. Como se expone en el texto “Vejez y apoyo social”, para muchos, la vejez está tristemente ligada a conceptos como rechazo, maltrato o discriminación.
En contraste, el reconocimiento del adulto mayor como parte activa de la comunidad permite preservar su identidad, transmitir saberes y construir relaciones intergeneracionales valiosas. Por eso, es urgente fortalecer los vínculos sociales, generar espacios de participación y promover una cultura del respeto.
Aunque se ha extendido la expectativa de vida, muchos adultos mayores carecen de pensión, empleo y seguridad económica, lo que los obliga a seguir trabajando en condiciones precarias. La lectura de Ramos y Salinas señala que más del 50% de los mayores que trabajan lo hacen sin sueldo o en empleos informales, y la mayoría no cuenta con seguridad social.
Además, la falta de programas laborales o educativos inclusivos refuerza su exclusión. Reconocer su derecho a seguir aprendiendo, trabajando o reinventándose debe ser parte de una política integral basada en los derechos humanos, como lo indica Domínguez-Guedea desde el enfoque del derecho al desarrollo.
Uno de los aspectos más preocupantes es la normalización del rechazo y la violencia hacia los adultos mayores, ya sea emocional, económica o incluso física. Según datos citados en las lecturas, más del 40% de las mujeres mayores ha sufrido algún tipo de violencia familiar, especialmente cuando existe dependencia funcional o condiciones de pobreza.
La ausencia de una convención internacional específica sobre los derechos de las personas mayores revela una gran deuda social y jurídica. Urge una legislación que garantice su dignidad, autonomía y protección real.
Desde este espacio proponemos algunas claves para construir una sociedad que reconozca a las personas mayores como sujetos plenos de derechos:
Reforzar las políticas públicas basadas en el derecho al desarrollo, que consideren la salud, ingreso, educación y participación como dimensiones integrales.
Crear programas laborales y educativos intergeneracionales que respeten las capacidades e intereses del adulto mayor.
Implementar redes comunitarias de apoyo formal e informal que alivien la carga familiar y prevengan el aislamiento.
Visibilizar y denunciar la violencia hacia la vejez, promoviendo campañas de sensibilización y mecanismos de protección efectivos.
Una etapa para repensar los vínculos, el trabajo y el aprendizaje La vejez es una etapa de la vida que, aunque muchas veces estigmatizada...
